A.L.V. acudió a la Clínica Baviera de Lugo con el fin de informarse sobre la intervención refractiva para corregir su miopía. En la consulta preoperatoria fue atendido por el Doctor J.C.B., el mismo doctor que le operaría más tarde, el 15 Abril de 2014 en la Clínica Baviera de A Coruña.
El resultado de la intervención no fue el esperado para A.L.V. Éste mostró su malestar en la siguientes consultas, tanto al doctor que le había operado como a su compañero, el Doctor S.A.C., trabajador también de la Clínica Baviera de Lugo y de A Coruña. Sus quejas que aún mantiene a día de hoy se deben a: mala visión nocturna, halos, deslumbramiento, baja sensibilidad al contraste, ojo seco desde el día de la intervención hasta hoy acompañado de dolor ocular e hipermetropía inducida. Nuestro compañero decidió finalmente romper todo tipo de relación con la Clínica Baviera al «no mantener confianza en los profesionales».
Además de que el resultado de la intervención no satisfizo las expectativas de nuestro compañero, éste sería más tarde denunciado por la Clínica Baviera. La denuncia fue presentada por la gerente de la Clínica Baviera de Lugo, M.A.G.R.C..
El denunciado y afectado fue entonces llamado a declarar en un juicio de faltas por deslucimiento. En la denuncia presentada por la gerente de la clínica indicaba que «habían aparecido varias pintadas en el suelo de la puerta al acceso del establecimiento y roturas en los vinilos de la clínica», en donde se podía leer «STOP LASIK». Pintadas que aparecieron también en paredes en otras zonas de la ciudad «Clinica Baviera Estafadores», «Clinica Baviera Carnicería», etc. Presentaba con la denuncia las fotos respectivas.
En la misma declaración la denunciante reconoce «no saber quien/es han podido haber realizado tales actos». Da el nombre de nuestro compañero porque «pertenece a una plataforma contra la cirugía LASIK» y porque «había estado repartiendo octavillas contra la cirugía refractiva delante de la clínica».
Nuestro compañero en todo momento negó estos actos, salvo que efectivamente colabora en el Facebook de la «Asociación de Afectados por la Cirugía Refractiva» (antes «Afectados por Lasik») y también en esta misma página web. Desde la Asociación no entendemos que esto sea presentado como indicio, ya que la libre asociación es un derecho. Reconoce también haber repartido una serie de octavillas en las que informaba de los riesgos de la cirugía refractiva, en donde en ningún momento se cita el nombre de ninguna clínica. Octavillas que no solo repartió en zonas próximas a la Clínica Baviera si no por distintos lugares de la ciudad.
Fruto de este proceso judicial, nuestro compañero asegura haberse sentido «muy afectado», ya que la situación de por sí no es fácil, al no haber obtenido el resultado esperado, a lo que se sumó «el tener que ser acusado de algo que no había hecho».
Tras el juicio celebrado el 19 de Junio de 2015 la jueza decidió su libre absolución.
En la sentencia se recoge que «no existen indicios razonables y suficientes que permitan atribuir la autoría de los hechos denunciados a A.L.V.» El denunciado «reconoce haber sido paciente de la clínica Baviera, y no estar contento con los resultados de la cirugía refractaria. Igualmente admite haber publicado en redes sociales comentarios contrarios a la mencionada técnica e incluso haber repartido octavillas»; pero continúa la sentencia, «tales circunstancias no le convierten en culpable, máxime si tenemos en cuenta que el propio título de la página donde escribe A.L.V., demuesra que existe un colectivo amplio de personas contrarias a la mencionada técnica que por lo mismo también se convierten automáticamente en sospechoso de haber cometido los hechos denunciados« es por ello que se declaraba libre de absolución al «no existir suficientes indicios para incriminar al denunciado y destuir su presunción de inocencia«.
Nuestro compañero nos remite que seguirá ejerciendo libremente su derecho a la libertad de expresión por lo que seguirá colaborando con esta página web, el Facebook y la Asociación. Entre otras actividades continuará repartiendo octavillas alertando de los riesgos de este tipo de cirugías que a su juicio «no debieran realizarse y que mucho menos se informa correctamente sobre sus riesgos y secuelas». Pese a que en su momento reconoce el haberse planteado abandonar la lucha por miedo a represalias y por el alto coste que le supone psicológicamente enfrentarse a ello, asegura que hoy día le da todavía más motivos para continuar denunciando lo que considera «una estafa que cada día acumula más personas damnificadas.»
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