Es obligación del médico curar nuestra estupidez explicándonos que los resultados con que soñamos no se consiguen o se consiguen sólo a corto plazo y las secuelas son peores que el soñado beneficio. Y es su obligación porque es él quien conoce la realidad de nuestra salud porque es él, y no nosotros, quien tiene los suficientes conocimientos científicos / médicos, y porque es él quien conoce los resultados de las intervenciones gracias a su experiencia profesional que nosotros no tenemos. Nuestra experiencia no sólo no es estadísticamente significativa, porque sólo conocemos los contados casos que contactan con nosotros, sino que puede llevarnos a conclusiones erróneas, porque es posible que los casos que conocemos no cuenten la realidad sino su “racionalización” de la realidad, que puede estar motivada por la necesidad de redefinir de una manera psicológicamente soportable lo que en realidad es una secuela irremediable.
Puesto que no tenemos ni conocimientos médico-científicos ni la experiencia de un médico, no nos queda más remedio que confiar en él. Para el médico esta confianza es una responsabilidad. Un médico que se aprovecha de nuestra confianza, da validez a nuestras razones estúpidas en contra de sus conocimientos científicos, nos promete que se cumplirán nuestros sueños en contra de su experiencia, y nos oculta las secuelas que padeceremos sólo por vendernos su cirugía es un irresponsable y debería ser juzgado por utilizar su posición en favor de sus intereses económicos (o los de su clínica) a costa de la salud de sus pacientes. Eso se llama corrupción.
De nuestr@s compañeros del portal AfectadosCirugíaRefractiva.com
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