Las técnicas láser más empleadas en la actualidad para corregir la mopía o la hipermetropía son la técnica LASIK (más antigua) y Relex SMILE, relativamente novedosa y anunciada como la «panacea» por la industria para camuflar los altos índices de secuelas de la técnica LASIK.
Ambas cirugías consisten en un láser excimer (láser ultravioleta) que abrasa parte de la córnea para darle una nueva forma, de tal modo que los rayos de luz se enfoquen «correctamente» sobre la retina «evitando» el defecto refractivo.
Entre los mitos sobre la cirugía Relex SMILE está el de mantener una mejor «resistencia biomecánica corneal» frente a LASIK, lo cual ya desmentimos en nuestro artículo cuando salió a la luz este nuevo procedimento.
Ahora un reciente estudio [Anna Schuh et al.] encontró que «la pérdida de espesor corneal central y volumen corneal con SMILE es mayor en comparación con LASIK» lo que podría, en palabras de los autores, «contribuir a un mayor nivel de inestabilidad corneal».
El grosor de la córnea está relacionado con su estabilidad y por lo tanto con la posibilidad a largo plazo, entre otros problemas, de desarrollar deformación corneal (ectasia). Una enfermedad que provoca importantes deficiencias visuales, progresiva y que puede acabar requiriendo un transplante de córnea.

Deja una respuesta