«¿Sabéis que si os operáis de miopía tendréis que seguir llevando gafas? ¿Os sobran 1850 euros y mucho tiempo? Entonces adelante con la operación. El lugar perfecto es la Clínica ‘xxxxx’. No os faltarán por supuesto incontables inconvenientes post-operatorios como sequedad bestial en los ojos que hacen que abrirlos al despertar sea como si te los estuvieran arrancando, variaciones increíbles de visión; hoy ves bien del izquierdo y nada del derecho y al día siguiente al revés (eso parece ser que es normal hasta que estabilicen).
Como no veréis nada en unos meses os rencomendarán hacer el famoso ¨retoque¨ que no es más que una segunda operación (sin anestesia en mi caso y con el terrible dolor que os podéis imaginar) en la que levantan la cornea con un puto bisturí en vez de con la máquina esa sofisticadísima de rebanar.
Pues resultado después del retoque, sigo sin ver pero no importa porque el «señor» (con una parsimónia absoluta) me receta unas gafas. Pagándolas yo por supuesto y dice que como mi ojo es inestable deberé seguir llevando gafas… Eso sí, me dice: «Hombre, ahora cuando baje los pies de la cama al menos encontrará sus zapatillas cosa que antes no pasaba…»
Increíble… Si os sobra la pasta (a mi me costó un gran sacrificio reunir esos casi 2.000 euros) y tenéis tiempo de sobra ya que os será imposible trabajar e ir a la clínica de XXXX.
«ENCONTRAR TUS PANTUFLAS AL DESPERTAR NO TIENE PRECIO»
Nankai
En esta ocasión hemos recogido esta experiencia a través de la página de Ciao.
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