ABC News informa de que la Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos (FDA) planifica emitir nuevas directivas sobre los riesgos potenciales de la cirugía láser (LASIK) después de que el artículo del New York Times denunciara que algunos pacientes padecían graves efectos colaterales.
Más de 190 millones de americanos llevan lentes correctivas, y más de nueve millones se han sometido a la cirugía LASIK desde que fue aprobada por la FDA en 1996.
“Esta operación se vende, pero los riesgos reales… los riesgos reales se esconden”, relata Geobanni Ramirez al The New York Times, quien sufre secuelas tras su intervención.
Geobanni cuenta que su visión empeoró después de la operación y que desarrolló secuelas como ojo seco, sensibilidad a la luz y triple visión.
“Tu visión es como tú experimentas el mundo. Entonces cuando te ocurre algo que te quita la visión aunque solo sea parcialmente, indudablemente tiene un impacto en tu calidad de vida”.
Otro afectado, Scott Petty, de 36 años, contó para el mismo periódico que daba por fulminada su carrera como diseñador de videojuegos 3D debido a la deformación corneal desarrollada tras la cirugía y al dolor que siente en sus ojos que define como casi suicida. “Es como aceite caliente en los ojos, 24 horas, 7 días a la semana».
Existe un debate abierto entre quienes se dedican a la cirugía refractiva y quienes no. Mientras que los primeros defienden su efectividad, los segundos la critican con mayor o menor énfasis, como es el caso de Morris Waxler, ex jefe científico de dispositivos oftalmológicos de la FDA durante la aprobación de la cirugía láser, y hoy uno de los máximos detractores, pidiendo incluso su retirada. En el reciente artículo de NYT destacó también la oftalmóloga Cynthia MacKay, quien aseguró que la cirugía LASIK es una «operación de alto riesgo» que se realiza sobre una córnea sana y que la «daña permanentemente».
El último estudio de la FDA reveló un alto porcentaje de «efectos secundarios» como halos, visión fantasma, visión borrosa u ojo seco, donde el 4% de los pacientes desarrollaron síntomas visuales que eran extremadamente molestos y entre el 1 y el 2% tenía dificultades para realizar o eran incapaces de realizar sus actividades habituales después de la cirugía.
En este sentido, el recientemente fallecido y reputado oftalmólogo, el Dr. Perry Rosenthal, criticó duramente la cirugía LASIK debido a la alta tasa de secuelas. Consideraba que teniendo en cuenta que este tipo de cirugías ni trata ni previene ninguna enfermedad, la tasa aceptable de complicaciones graves y permanentes debería ser practicamente cero: «¿Cómo podemos siquiera considerar que sean mucho mayores que las de las vacunas que, a la vez que ayuda a la salud personal, proporciona beneficios de prevención de enfermedades de valor incalculable? En cambio, la cirugía ocular láser no».
Por todo ello la FDA está programando emitir una nueva guía para comunicar claramente los riesgos de la operación a los pacientes.
Mientras tanto en España los avances en materia de defensa de los pacientes son lentos. Las administraciones no están actuando a la altura de las circunstancias, recordando que en este país se multiplica por más de tres el número de cirugías con respecto a la media europea. Esto seguramente se explique por el alto número de casos de publicidad engañosa o por la mala información que los médicos dan a sus pacientes, como quedó patente tras un estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) que concluyó que «la información dada por las clínicas de cirugía refractiva es inadmisible».
Por otra parte, ni desde la SEO (Sociedad Española de Oftalmología), ni mucho menos desde la SECOIR (Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto Refractiva) está habiendo el menor ápice de autocrítica, tan siquiera tras el devastador informe de la OCU, lo que probablemente se explique en ambos casos debido al latente conflicto de intereses y a que este es un negocio millonario.
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